El Kabuki es una forma teatral tradicional de Japón, que surgió a principios del siglo XVII, coincidiendo con la época Edo (1615 – 1868). Esta etapa histórica del país nipón se caracteriza principalmente por el cierre del mismo, hasta su apertura durante la época Meiji. Será en esta etapa que nos ocupa, cuando la capital pasa de Kioto a Edo, el germen de la actual Tokio.
La palabra Kabuki, está compuesta por tres ideogramas que son: “cantar” que se refleja en ka (歌), bu (舞) que significa “bailar”, y por último ki (伎) que viene a representar la idea de “habilidad”. Por ello es común referirse al Kabuki como “el arte de cantar y bailar”. En sus inicios se utilizó la raíz china kabu, compuesta por ka y bu (cantar y bailar), a la cual se añadió el su japonés, que se traduce en “hacer”, siendo el resultado de todo ello, la palabra kabusu que se refería al acto de cantar y bailar. Sin embargo, lo más común fue el uso de un término de connotaciones más negativas y vulgares, el término kabuku, que sigue tomando la raíz china de la palabra pero añade al final el ideograma para ku, que venía a referirse a algo “degenerado” o “fuera de lo común”. Este último término, totalmente obsoleto en la actualidad, acabó siendo sustituido por kabuki, cambiando el ku por ki, que añade la idea de “habilidad” antes mencionada. Dentro de la etimología es interesante mencionar, que el ideograma para ki se componía en su primera parte del carácter que definía el término “mujer” que posteriormente es cambiado a “persona”.
Los orígenes del Kabuki
El precedente del Kabuki se encuentra en las danzas budistas laicas practicadas por mujeres. La primera referencia documentada, aparece en 1586 con las actuaciones de una mujer, llamada Okuni. Esta mujer, que decía pertenecer al gran templo de Izumo, ejecutaba esos bailes devocionales a las orillas del río Kamo de Kioto. Sus actuaciones comenzaban con esos bailes religiosos que llevaba a cabo como si de un ritual se tratara, aunque a medida que transcurría su actuación iba añadiendo elementos eróticos que se alejaban totalmente de ese carácter devocional inicial. La gran creatividad detrás de Okuni lleva a su gran éxito, que hace crecer sin parar su audiencia. Esta demanda del público tiene como consecuencia que ella empiece a incrementar sus repertorios, añadiendo no sólo números de baile sino también elementos propios del teatro Nō. A su vez, la originalidad de Okuni para la elaboración de sus obras atrajo a muchas más personas que provenían del mundo del espectáculo. Estas comenzaron a formar un grupo entorno a Okuni, pronto se unirían también escritores de Kyōgen, que eran unos interludios cómicos que se realizaban dentro del teatro Nō. Con el impulso de la unión al grupo de los escritores de Kyōgen, deciden adaptar otro elemento del Nō, que es el acompañamiento musical por los tambores y las flautas. Las actuaciones de Okuni empiezan a hacerse más complicadas y elaboradas, dando paso a obras teatrales cortas, que finalizaban con una especie de danza de cierre en el que intervenían todos, pero también participaba el propio público.
El incremento del público y el gran éxito que supusieron las obras de Okuni, los obliga a utilizar escenarios mayores, un hecho que los hará actuar en los del Nō. El prestigio que supuso utilizar estos espacios hace que Okuni y sus seguidores adopten títulos de rango (tayu, kami, jo) que les va a permitir presentar sus obras, en el ámbito de las clases sociales de mayor nobleza. Sin embargo, su éxito no se detiene aquí, incluso los teatros Nō empezaron a quedar pequeños. Por otro lado, el gran número de espectadores que asistían a estas actuaciones, trajo consigo el conflicto social entre integrantes de procedencias distintas. Aún estando prohibida la mezcla de los distintos estratos sociales (plebe con nobles y guerreros), llegaría a ser inevitable. Surge entonces, la necesidad de crear una especie de cabinas cerradas, para preservar la intimidad de las clases más nobles, lo cual resulta ser el primer paso de la elaboración de un teatro cubierto, propio para el Kabuki.
Representación de Okuni y su grupo en el teatro No de Kitano en 1603.
La siguiente fase dentro del Kabuki, se da tras el fallecimiento de Okuni, que está datada entorno a 1610. Después de su muerte, surgen muchas imitaciones de sus actuaciones, que se conocen bajo el nombre de Kabuki de mujeres (Onna Kabuki) aunque los hombres seguían formando parte de estos espectáculos, el foco principal eran las mujeres. En 1629 esta forma del Kabuki fue prohibido por el shogunato de Tokugawa, ya que con el paso del tiempo se fue mezclando con la prostitución de las propias actrices. Cuando se prohíbe éste, surge el Kabuki de los jóvenes masculinos (Wakashu Kabuki), en el cual se sustituyen las mujeres por jóvenes actores. La gran sensualidad presente en las obras, hizo que se relacionaran íntimamente con la homosexualidad. El peligro moral que supuso esta nueva forma del Kabuki desde el punto de vista del gobierno, hizo que de nuevo se prohibiera en el año 1651. Un año después, gracias al gran éxito de éste teatro, que aunaba a todas las clases, el Kabuki vuelve a ser oficialmente aceptado por el gobierno bajo dos condiciones. La primera de las dos condiciones preveía que los jóvenes actores debían de cortarse el fleco/flequillo para dar a entender que eran hombres y no chicos jóvenes, y en segundo lugar se tenía que excluir la sensualidad en las actuaciones. Este nuevo planteamiento del Kabuki (“Kabuki de hombres”), es la base del que conocemos hoy en día.
Las condiciones impuestas por el gobierno llevan al desarrollo de actuaciones y decorados realistas, presentándose en 1664 por primera vez obras compuestas por varios actos. Las infraestructuras relacionadas con el teatro se empiezan a mejorar, alejándose cada vez más de la influencia del teatro Nō, para finalmente dar paso a un escenario apto para el Kabuki. Es ahora, cuando se introducen dos elementos nuevos, el telón clásico del Kabuki que se abre de forma lateral, y el Hanamichi izquierdo que pasaba por entre la audiencia. Además se empiezan a establecer los tipos de actuación propios del Kabuki que son: el estilo suave o wagoto, el estilo duro o aragoto, y por último el onnagata que se refiere al actor que encarna los papeles femeninos (no hay que olvidar que se prohibió la actuación de mujeres). En todo caso, el Kabuki se irá consolidando poco a poco.
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¡Que interesante Laura! No tenía ni idea de la existencia del Kabuki, espero ir aprendiendo más sobre ello a medida que avance tu blog.
ResponderEliminarGracias Julia, me alegro de que haya despertado tu interés.
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